martes, 27 de agosto de 2013

Las profesiones de Laura Martínez Carvajal: Fisico-Matematica, Medico Oftalmóloga, Madre, Esposa y Benefactora.


Para la mujer destacarse en la sociedad siempre ha sido un reto de innumerables esfuerzos personales, si además hablamos de una mujer del siglo XIX en Cuba, entonces el reto es aún mayor, por ello se me hace un regalo llegar hasta esta mujer cubana de voluntad enorme que además de ser la primera graduada universitaria de Físico-Matemática y de Medicina en Cuba, se graduó en la universidad de la vida en la que ejerció como madre, esposa y benefactora de los pobres en una época marcada por la supremacía del hombre en la sociedad.

Laura Martínez Carvajal nació en la Habana el 27 de agosto de 1869, hija de una familia española adinerada a los 14 años se matriculó en la Universidad de la Habana en las carreras de ciencias Físico-Matemáticas y Medicina. A pesar de la adversidad y los prejuicios sociales, esta mujer destacó por su inteligencia y se ganó el respeto de sus compañeros al estudiar las dos carreras de manera simultánea con resultados siempre de excelencia y notable, todo su empeño y perseverancia se materializaron en 1889 al recibir el título de Licenciado en Medicina y Cirugía, luego de haber recibido el Título de Físico-Matemática un año antes.

Luego de obtener su Doctorado Laura se casó con el Gran Oftalmólogo Enrique López Veitía quien fuera el promotor de los Congresos Médicos en Cuba, esa unión la convirtió además en la compañera de la vida en la ayudante principal, asistiendo a numerosos Congresos y colaborando en publicaciones especializadas con trabajos como Notas fisiológicas”, “Observaciones clínicas”, “Ocular leprosy”, así como en los tres volúmenes de “Oftalmología clínica”. De esta manera, Laura no sólo llega a ser la primera mujer médico de Cuba, sino que también se convirtió en la primera oftalmóloga del país.

Del matrimonio son fruto 7 hijos a los que Laura siempre cuidó y educó con dedicación, sin abandonar nunca su profesión. Fue una científica con predilección por las artes plásticas, la música y la literatura, practicaba el cultivo de injertos a partir de su afición por la botánica que le hicieron obtener nuevas variantes de jazmines y rosas. Estudió pintura e ilustró sus libros y un Atlas de Fondo de Ojos.

Fue una consagrada a sus pacientes, luego del fallecimiento de su esposo adquirió una finca en el Cotorro a la que denominó “El Retiro” donde construyó una escuela para niños pobres y donde se dedicó a la Botánica. A los 72 años el 24 de enero de 1941 fallece a causa de tuberculosis.


Esa es en síntesis la vida de una cubana con especial alcances en la ciencia  y especialmente en la medicina, sin duda una vida de inspiración y llena de la humildad y valores que trascienden en el tiempo. Una cubana que nos hace reflexionar ante las dificultades de la contemporaneidad, nos inspira a vencer con voluntad cualquier adversidad.  


Fuentes:
www.ecured.cu 
hojassdeprensa.blogspot.mx
www.lajiribilla.cu
www.radiohc.cu


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