viernes, 9 de agosto de 2013

Cubanísim@

Hace 25 años llego a mi vida una gran motivación, un hijo, no imaginaba en ese entonces lo difícil que resulta la tarea de ser madre, hasta entonces comprendí que tenemos de nuestros padres algo más que materia biológica, tenemos lazos inexplicables, sin idea alguna de como educar, consentir, reprimir o amar a ese pequeño ser que tenía en mis brazos, comencé como todos un largo camino a lo desconocido, la única meta hacer de ese hijo un hombre que no tuviera que arrepentirse de nada, un hombre que fuera libre de ataduras, comenzando desde el cordón umbilical hasta las que producen los vínculos y perdidas personales. Habiendo recorrido parte de ese camino aprendí que no era tan fácil, ni tan difícil, solo había que vivir aciertos y desaciertos propios y ajenos. Particularmente tuve la oportunidad junto a un hombre que con decenas defectos y virtudes puso luz al camino de construir esos valores en los que creo, para ese pequeño que un día sin darme cuenta se hizo adulto. Más que particular, especialmente todo esto cobra sentido si digo que nada de lo que es hoy mi hijo, un joven nacido en una isla hermosa, a la que conquistadores hace más de cuatro siglos llamaran la isla más hermosa que ojos humanos hayan visto, de veras nada fuera posible si su vida no iniciara en esa Isla Cubanísima, de la que quiero hablar cada día, no por nostalgia, no por ausencia, sino por amor a las raíces,  por amor a ese espacio en el mar unas veces verde, otras descolorido, a esa tierra en la que mis antepasados y yo hemos sido felices, en la pobreza y la riqueza, en la enfermedad y en la salud, en la desventura y en la suerte. 
Cada cubano ha vivido una historia de amor y desamor con su isla, en su isla o por su isla, quiero volver al pasado de mi país, transitar en su presente y construir su futuro. Desde este mundo virtual sello mi compromiso con mi ISLA CUBANISIMA.  

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