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Los cubanos por lo general se sienten más cubanos cuando están
fuera de la isla, quieren tomar café cubano venga de donde venga, fumarse un
puro Cohíba aunque nunca hayan visto una vega de tabaco, degustar ron o
prepararse los típicos tragos daiquirí, cuba libre o mojito para impresionar a
un amigo de cualquier nación o para compartir en familia, oír los clásicos del
son ya sea los ilustres del Buena Vista Social Club o los éxitos del Benny
Moré, Bola de Nieve, Celia Cruz o Rita Montaner, para no hacer larga la lista
porque si algo bueno tiene el caimán es que de la nada sale un buen artista y
también sin previo aviso tan solo con una lata y palo se hace una sinfonía. Algo
muy singular en los cubanos de extramuros que sin duda hace que todos sepan que
son orgullosamente cubanos es el uso de la bandera, los portan en sus autos, o
en sus casas siempre tienen el souvenir con esos colores que día a día le
recuerdan su origen más que su acta de nacimiento. Los cubanos de intramuros
que día a día se pasean por las calles que los vio nacer pasan frente a las
escuelas o sitios públicos que ostentan la insignia nacional y están tan
acostumbrados al símbolo que no siempre
se detienen en su belleza, le hablan a sus hijos de la bandera cuando las tareas
escolares lo requieren y a veces sin querer obvian la hermosísima historia de
la bandera de la estrella solitaria, de las inspiraciones foráneas y hasta
místicas que hace más de siglo y medio la hicieran ondear por primera vez en la
ciudad de Cárdenas, así pues, cuando aparecen en televisión o en la prensa
noticias relacionadas con las actividades de la Asamblea Nacional pocos
perciben la imagen de las dos banderas que presiden las sesiones parlamentarias,
lo que sin dudas me aportó una reflexión especial respecto a nuestra hermosa
bandera.
Cuando en algún lugar ondean varias banderas y reconocemos la
nuestra entre ellas nos aflora una alegría especial, sabemos que no estamos
solos por lejana o cercana de la latitud, particularmente los colores rojo,
blanco y azul conforman muchas banderas, curiosamente es la combinación más
común, de 196 países el 15% de ellos sus banderas se conforman con esos colores,
por continentes América (Chile, Costa Rica, Cuba, Estados Unidos, República Dominicana, Panamá, Paraguay y Puerto Rico), África (Liberia), Asia (Camboya, Corea del
Norte, Myanmar, Tailandia y Taiwan , Europa (Croacia, Eslovaquia, Eslovenia,
Francia, Islandia, Luxemburgo, Noruega, Países Bajos, Reino Unido, República
Checa, Serbia y Rusia), Oceanía (Australia, Nueva Zelanda y Samoa).
No es la bandera de la estrella solitaria la primera que ondeó
en la isla, por razones obvias derivadas de la colonización española la primera
bandera izada en Cuba fue la de los Reyes Católicos. Hasta 1707 cada nuevo
monarca español se sirvió de su estandarte para representar el poder de la
Metrópoli, pero a partir de ese año y hasta 1843 cumplió tal misión el de los
Borbones, exceptuados los once meses de ocupación inglesa de La Habana (agosto
de 1762-julio de 1763). Entre 1843 y 1898 fue la enseña encarnada y amarilla
del estado español la que tremoló en los edificios públicos de Cuba.
No obstante, ya desde comienzos del siglo XIX surgieron otras no
tan del gusto de los españoles y que no podían flamear libre y notoriamente.
Entre ellas se cuentan la del independentista bayamés Joaquín Infante Infante;
la de la Conspiración Soles y Rayos de Bolívar; la del Club Habana (asociación
de criollos de ideas anexionistas) y la de la Conspiración Mina de la Rosa
Cubana.
LA BANDERA DE
NARCISO LOPEZ.
Cronológicamente le sigue la de Narciso López,
con el tiempo devenida bandera nacional. Su diseño original y primera
realización correspondió al poeta Miguel Teurbe Tolón. Nacido anexionista, el
pabellón de la estrella solitaria fue purificado con pólvora y sangre durante
las guerras de 1868 y 1895.
Esta bandera fue enarbolada por primera vez en Cuba por el
General de origen venezolano Narciso López en la ciudad de Cárdenas, el 19 de
mayo de 1850. La bandera nacional se izó antes que en Cuba en los EE.UU.
Cuenta la historia que se encontraba en la ciudad norteamericana
de Nueva York, el General Narciso López, luchando por la gesta independentista
de CUBA y cansado por sus trajines revolucionarios, se quedó dormido en un
parque de dicha ciudad. Al despertarse miró al cielo y vio celajes azules y
blancos conjuntamente con una mancha roja que producía el sol poniente. Una
oscilante estrella brillaba al centro. Estos elementos completaban una feliz
idea. Emocionado fue en busca de su gran amigo, Miguel Teurbe Tolón (poeta,
patriota y dibujante) quien con las Ideas manifestadas por Narciso López,
diseñó la bandera cubana, la que fue confeccionada en tela de raso por la prima
y esposa de Teurbe: Emilia.
Tanto la bandera como el Escudo nacional fueron creados por la
misma persona, Miguel Teurbe Tolón. Las especificaciones de diseño de ambos
fueron establecidas por el primer presidente de Cuba, Tomás Estrada Palma,
mediante Decreto, el 21 de abril de 1906 y han permanecido sin modificaciones desde
entonces.
Significado de sus elementos: La estrella solitaria de cinco
puntas representa la república libre, independiente y soberana que debía ser
Cuba y a la unidad de los cubanos. El rojo, ubicado dentro de un triángulo en
clara alusión al tríptico de los ideales franceses de: libertad, igualdad y
fraternidad, alude a la sangre derramada en la lucha. Las franjas blancas a la
pureza de los ideales y a la virtud de los cubanos. Las azules (por los tres
departamentos en que se dividía en esa época Cuba: Occidente, Centro y
Oriente), revelaban las elevadas y celestiales aspiraciones de los patriotas.
Su forma: Es rectangular, de doble largo que ancho, compuesta
por cinco franjas horizontales del mismo ancho, tres de color azul turquí y dos
blancas dispuestas de forma alternada. Un triángulo equilátero de color rojo en
uno de sus extremos, uno de cuyos lados es vertical, ocupa toda la altura de la
bandera y constituye su borde fijo. Dicho triángulo lleva en su centro una
estrella blanca de cinco puntas, inscripta en una circunferencia imaginaria,
cuyo diámetro es igual a un tercio de la altura de la bandera, con una de sus
puntas orientada hacia el borde libre superior de la bandera.
LA BANDERA DE
CÉSPEDES
Durante la primera de las contiendas mambisas, fueron camagüeyanos y
villareños quienes hicieron tremolar la enseña de la estrella solitaria, pues
el 10 de octubre de 1868, Carlos Manuel de Céspedes y sus compañeros, al
levantarse en Oriente, lo hicieron bajo otra. Ambas ondearon en los campos
insurrectos.
Céspedes y varios de sus amigos de mayor confianza se dieron a la tarea
de diseñar y confeccionar un estandarte que identificaría al movimiento
insurreccional. En un primer momento, varios de los presentes propusieron que
se adoptara la misma bandera que el venezolano Narciso López había izado en
Cárdenas, en mayo de 1850. Pero fue el caso que, aunque todos conocían
perfectamente los colores (rojo, azul y blanco), ninguno recordaba su diseño.
Entonces, para resolver esta dificultad, e inspirándose en la bandera de la
República de Chile, Céspedes propuso una nueva insignia, que tendría la misma
forma de la chilena, pero con una disposición diferente de los colores. El rojo
ocuparía, con el blanco, la parte superior, y el azul marino se extendería a lo
largo de la inferior; situándose una estrella solitaria, blanca, en el centro
del cuadro rojo.
Los motivos para escoger la bandera chilena no están claros hoy día.
Existen varios elementos históricamente comprobados, como la célebre capacidad
de previsión política de Céspedes y del Castillo, o el hecho de que existían
relaciones estrechas entre importantes funcionarios del gobierno de la
República de Chile y la Junta Patriótica de Cuba y Puerto Rico, organización
revolucionaria en el exilio, en los meses previos al alzamiento de “La
Demajagua”.
Existe la posibilidad de que el caudillo bayamés ya tuviera una idea
clara de cuál debía ser la enseña del movimiento, escogiendo precisamente el
estandarte nacional de Chile, por su diseño sencillo y apropiado a las leyes de
la heráldica, con la única diferencia del cambio de lugar de los colores. Y se
sabe, por testimonio directo de varios de los participantes en el
pronunciamiento del 10 de octubre, que se encontraban presentes en el famoso
ingenio “dos ciudadanos suramericanos”, cómplices de aquel trascendental acto
revolucionario y el hecho de haber sido admitidos como testigos de la asonada
revolucionaria es en sí mismo sintomático acerca de las conexiones de los
patriotas isleños con sus hermanos del continente.
Se conoce que se confeccionaron 3 banderas:
La primera fue elaborada por la
señorita Candelaria Acosta Fontaigne, en la noche del 9 de octubre de 1868, en
el ingenio Demajagua, cerca de la ciudad de Manzanillo. La bandera fue cosida a
mano, utilizándose como materiales partes de un mosquitero del ajuar de
Céspedes, un vestido de Candelaria Acosta y hasta un velo que cubría el retrato
de María del Carmen de Céspedes, difunta esposa de Carlos Manuel, que se
hallaba en la sala de la casona del ingenio. Esta enseña era de forma casi
cuadrada, pues medía 1.35 metros de largo por 1.30 de ancho. Candelaria Acosta
era una joven campesina de 17 años de edad, piel blanca y pelo rubio platinado,
natural del poblado de Veguitas, actual municipio Yara, e hija del mayoral del
ingenio. Sus familiares y amigos solían llamarla por el apelativo de Cambula.
La segunda fue confeccionada por
la señora Isabel Vázquez y Moreno, esposa del abogado bayamés Pedro Figueredo
Cisneros, y por sus hijas Candelaria, Eulalia, Blanca, Eloísa, Piedad y María,
en la tarde del 16 de octubre de 1868; en el ingenio Las Mangas, cerca de la
ciudad de Bayamo. Esta bandera fue cosida también a mano, utilizándose para ello
telas de los colores rojo, azul y blanco, que fueron compradas en Bayamo con
ese fin expreso. Dicha enseña era de forma cuadrangular, pues medía 1.69 metros
de largo por 1.32 metros de ancho; y estaba mejor terminada que la hecha por
Candelaria Acosta en “La Demajagua”, debido a que la esposa y la hija de
Figueredo eran mejores costureras que Cambula y dispusieron de más tiempo y
materiales más apropiados. Candelaria Figueredo Vázquez, apodada “Canducha”,
fue la encargada de entrar con esta segunda bandera a Bayamo, el día 18 de
octubre, al comenzar el asalto a la ciudad por las tropas insurrectas. Canducha
era una joven de 18 años, piel blanca y cabello oscuro. Ella fue la primera
mujer que ocupó el puesto de abanderada de una tropa revolucionaria en la historia
de Cuba.
La tercera Fue confeccionada por
la señorita Felicia Marcé Castellanos, en su propia casa, en la ciudad de
Bayamo, la tarde del 22 de octubre; por encargo directo de Carlos Manuel de
Céspedes, que la necesitaba para una ceremonia de bendición que se realizaría
en la Iglesia Parroquial Mayor, en presencia de las autoridades eclesiásticas,
civiles y militares, y de todo el pueblo bayamés. Céspedes quería que esta
versión tuviera las medidas correctas, de acuerdo con las leyes de la
heráldica, pues las dos anteriores no las tenían. La enseña fue medida, cortada
y cosida a máquina por la mencionada Felicia Marcé, con la ayuda del Coronel
Carlos Manuel de Céspedes y Céspedes, hijo del jefe del levantamiento, quien
llevó un compás para dibujar la estrella solitaria que se ubicaría en el centro
del cuadro rojo. Esta última versión de la bandera cespediana medía 2 metros de
largo por 1.50 metros de ancho, y fue la más perfecta de las tres. Felicia
Marcé tenía 18 años de edad en ese entonces, y aunque no se cuenta con datos
fidedignos acerca de su aspecto físico, cabe suponer que haya sido una mujer de
la raza blanca.
RECONOCIMIENTO DE UNA
SOLA BANDERA DE LA NACIÓN CUBANA
Es el 11 de abril de 1869, cuando durante la Asamblea de Guáimaro fue
propuesto reconocer una sola bandera, pues una era la causa defendida en la
manigua y una sería la República.
Los constituyentes votaron por la de Narciso López, pero acordaron que
también la de Céspedes presidiera las sesiones de la Cámara de Representantes y
se considerase parte del tesoro de la República.
Conquistada la independencia, pero bajo mediación norteamericana, los
cubanos siguieron viviendo bajo un pabellón foráneo hasta el 20 de mayo de
1902. Ese día, junto al palo mayor del Castillo del Morro, al sonar la primera
campanada del mediodía, se escucharon 45 salvas de artillería y acto seguido
fue arriada el yanqui e izado el cubano. Diez minutos después se celebraba una
ceremonia similar en el Palacio de los Capitanes Generales.
A menudo confeccionada bajo los avatares de la guerra o dificilísimas
condiciones de clandestinaje, con los materiales que había a mano, los
elementos de la enseña nacional tuvieron tantos diseños y proporciones como las
circunstancias imponían (aunque siempre bajo una única concepción general),
hasta que sus especificaciones oficiales fueron determinadas por el Decreto
Presidencial número 154 del 24 de abril de 1906.
El acuerdo de que la bandera de Céspedes fuera considerada parte del
tesoro de la República fue revivido el 2 de diciembre de 1976, en la sesión
inaugural de la Asamblea Nacional del Poder Popular. Hoy las dos enseñas
presiden las reuniones del Parlamento cubano.
INSPIRACIONES DEL
PABELLON DE LA ESTRELLA SOLITARIA
Si una emoción propicia la insignia cubana dentro o fuera de la isla es
el de admiración y el ejemplo de esa admiración quedó marcado para siempre en
la literatura, en el poema del matancero Bonifacio Byrne “Mi bandera” ...../¿Dónde está mi bandera cubana, la bandera más bella
que existe?/……../¿No la veis? Mi bandera es aquella que no ha sido jamás
mercenaria, y en la cual resplandece una estrella, con más luz cuando más
solitaria. Orgullosa lució en la pelea,
sin pueril y romántico alarde; ¡al cubano que en ella no crea se le debe azotar
por cobarde!/…… /Si deshecha en menudos pedazos llega a ser mi bandera algún día...¡nuestros
muertos alzando los brazos la sabrán defender todavía!..../, una joya de
los más sinceros sentimientos de amor a los que la bandera de la estrella
solitaria representa y de lo que es orgullo cada uno de los que hemos nacido -como
diría Buena Fe- en ese chispazo de tierra en el mar.
Amar el símbolo más importante de nuestra nación es posible si le
dedicamos un pequeño tiempo de nuestras vidas
a transmitir a nuestros hijos y a nuestros nietos el valor de la
historia que le vio nacer y ondear para todos por siempre con la hermosura de
sus colores y lo que representa.
Fuentes consultadas:
!!!Muy interesante!!!, mas del 50 % de lo dicho no lo conocía, así que me imagino que ese por ciento en la juventud de hoy sea mas bajo, a juzgar por los maestros que tenemos hoy en día.
ResponderEliminarEste escrito contribuye a saber que hay detrás de esas dos banderas, lo mejor de nuestras luchas revolucionarias.
Así es, por eso es que me encuentro cada dia con la historia para aportar en lo que pueda a que seamos cubanos conscientes y no se olviden hechos de inmenso valor. Gracias por tu lectura y comentario.
EliminarMuy buen artículo revisando internet ví este que habla bastante de nuestra bandera, espero les sea de utilidad
ResponderEliminarBandera de Cuba